domingo, 6 de septiembre de 2015

Los perros y los lobos (Irène Némirovsky)



Publicada por primera vez en 1940, ésta es la última obra que la autora dio a la imprenta en vida, dos años antes de su deportación y asesinato en Auschwitz.

Con marcados ecos autobiográficos, la novela, construída con retazos de la infancia y del exilio, la crisis de identidad y las historias de amor, dibuja un escenario sujeto a los caprichos de un destino en ocasiones cruel. Ada y Harry Snner, son parientes lejanos. Jóvenes judíos de orígenes distintos a quienes les une un recuerdo infantil imborrable. Ada, que dejó Ucrania poco antes de la revolución bolchevique, se ha casado con su primo Ben por quien sólo profesa un extraño amor fraterno. Su pasión por la pintura la llevará a intentar abrirse camino en el difícil mundo de los cuadros, y es entre ellos donde es capaz de encontrarse a sí misma. Harry, por su parte, ha contraído matrimonio con una joven francesa, hermosa, rica y católica, y se mueve en el mundo de las altas finanzas. Pero la fascinación que siente al contemplar dos cuadros de Ada en un escaparate le llevan a recordar el pasado y a comprometer el presente.

Con su destreza para el retrato psicológico, Irène Némirovsky describe magistralmente el torbellino de sentimientos en lo que podría considerarse un clásico triángulo amoroso.  Cuando os decidáis a leer este libro la imaginación os empujará a viajar con los personajes desde Ucrania hasta el París bohemio de los años veinte, y os  dejaréis llevar por la tensión narrativa que no bajará de intensidad hasta el final del relato.

 Lo que importa en la novela son los sentimientos y actitudes de los personajes. Aún con cierto tono negativo al plantearse temores, decepciones e inseguiridades, la obra lleva a la reflexión por su estilo intimista.

Seguro que disfrutáis con su lectura. A mí me gustó muchísimo.

Páginas: 224



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