viernes, 23 de octubre de 2015

El chico que puso hélices al viento (William Kamkwamba / Bryan Mealer)


El joven William Kamhwamba, nacido en un remoto poblado de Malaui, uno de los países más pobres del continente africano, junto al periodista y corresponsal en África Bryan Mealer, da a conocer su conmovedora historia de esfuerzo y superación a pesar de que todas las circunstancias que le rodearon desde que nació hicieran suponer que no tendría más futuro que seguir cultivando una tierra inhóspita de igual modo que durante siglos vinieron haciendo sus antepasados.

Con una narración serena, William expone la realidad de su país al que ama y al que reconoce como víctima de las hambrunas, las epidemias, los gobernantes corruptos y sobretodo de la ignorancia. Respetuoso con las tradiciones, pero a la vez con la mirada puesta en el futuro, William desde muy pequeño, y apoyado por la fuerza que da la unidad familiar y la confianza en Dios que le trasmiten, sabe que para salir adelante se hace necesaria la instrucción académica. A pesar de que las dificultades por las que atraviesa la familia le harán abandonar muy pronto la escuela, su curiosidad natural y los deseos de aprender y poder ayudar a sus padres en sus apremiantes necesidades de subsistencia, hacen que William ponga en funcionamiento toda su imaginación: con cuatro cachivaches sacados de la basura logrará construir un fabuloso invento que cambiaría la vida no solo de su familia sino también de la aldea. Un sueño hecho realidad que podría extenderse a Malaui y a toda África. Sólo habría que seguir el lema “¡lo intento y lo hice!”. Una novela en la que los lectores más entusiastas en la fabricación de inventos verán las descripciones del propio William sencillas y sorprendentes. Una historia ejemplar y extraordinaria donde el esfuerzo, el optimismo y la generosidad, se verán apoyados en una unidad familiar sólida donde ninguna adversidad logrará hacerla sucumbir.

Más tarde, William Kamkwamba fue becado para estudiar ingeniería en Sudáfrica, dentro de un proyecto en el que se potencia a los propios jóvenes africanos con capacidades intelectuales y entusiasmo dispuestos a trabajar por sus países. Allí pudo relacionarse con otros muchachos y muchachas que como él están dispuestos a ser los impulsores de una nueva África.

Una historia tan real como conmovedora. A quienes seáis profesores, educadores, padres... de adolescentes os animo a leerlo primero vosotros y después animéis a vuestros jóvenes a que lo hagan. Estoy segura que a más de uno le hará que pensar.

Páginas: 384




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