jueves, 29 de octubre de 2015

La importancia de llamarse Ernesto (Oscar Wilde)

Como os había prometido, aquí va mi primera recomendación para leer teatro. Ya os había propuesto anteriormente la novela El retrato de Dorian Gray de este mismo autor. Como novelista adquirió un gran éxito, pero fue con sus obras teatrales donde despliega todo su talento artístico.

La importancia de llamarse Ernesto se estrenó en 1895, con un subtítulo clarificador: “comedia banal para gente muy seria”. Es su obra más brillante y también la última. Toda la obra es un gran juego de acciones y lenguaje, aprovechando los dobles sentidos de las palabras y las significaciones sociales de los términos. La puesta en escena fue todo un éxito que se vio empañado por el escándalo propio de una sociedad puritana y cruel, deseosa de ver caer al hombre que se había atrevido a cuestionar las bases y principios de esa misma sociedad.

De ritmo vertiginoso y parlamentos agudos, la obra aparenta ser una comedia de enredos y costumbre, pero deja entrever, como es típico en el autor irlandés, un trasfondo dramático, de donde emerge el retrato de una sociedad falaz, prejuiciosa y de doble moral. Pero las convicciones quedan expuestas, y ya no podrán permanecer soterradas bajo los buenos modales, respuestas displicentes y perezosas costumbre.

En la edición que os propongo, también está su obra Vera o los nihilistas, primera pieza teatral de Wilde que se representó en agosto de 1883 en Nueva York en el transcurso de su gira por los Estados Unidos.

Espero que os guste.

Páginas: 240 



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