viernes, 23 de octubre de 2015

Mi abuela rusa y su aspiradora americana (Meir Shalev)


Meir Shalev, popular novelista israelí, cuenta en esta ocasión, de una manera simpática, la historia de su propia familia, y con ella la de toda una generación de judíos.

Apoyado en una de las tantas anécdotas que ocurrieron a lo largo de la vida de su abuela Tonia, judía de origen ruso, casada con el viudo de su hermana de la que había tenido ya dos niños, y trasladada desde una vida cómoda en su país de origen al pueblo de Nahalal en Palestina, Salev consigue lo que solo saben hacer los buenos contadores de historias: sacar una aventura de algo que para la mayoría pasaría completamente desapercibido, o simplemente considerado como algo anodino y sin trascendencia.

Nada más llegar a Nahalal, la abuela Tonia comenzaría una lucha sin cuartel contra sus peores enemigos: el polvo, el barro y la suciedad en general acumulada en cualquier rincón de la casa. Siempre con un trapo al hombro, sus manías de limpieza alcanzarían límites insospechados y comportamientos del todo excéntricos que traerían de cabeza a amigos y familiares. La llegada de una aspiradora desde América, regalo de un hermano de su marido considerado como traidor capitalista desde que decidió emigrar a aquél país, provocó toda una revolución en el pueblo y el inicio de una misteriosa historia que el propio autor se empeñaría en descubrir.

Con sentido del humor, resulta conmovedor percibir que son los acontecimientos más corrientes y cotidianos los que van forjando el carácter de toda una familia, de cualquier familia. Frases, expresiones, refranes, etc., que pasan de una generación a otra y que sólo los interesados saben darle un sentido particular y único consiguiendo arrancar sonrisas incluso en los momentos más difíciles, cuando el recuerdo se hace necesario.

Poniendo como excusa una aspiradora, el autor presenta un retrato familiar, un libro de memorias, una “epopeya”. Una novela que a más de uno le hubiera gustado escribir para honrar a su propia familia.

Estoy segura que a más de uno arrancará una sonrisa.

Páginas:  240

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