El hijo de la Sra. Glenn (Edith Wharton)

Autora conocida principalmente por su novela La edad de la inocencia, de la que ya os hablé hace algún tiempo, Edith Wharton suele reflejar en sus libros los modos y costumbres de una sociedad a la que ella misma pertenecía y que sufriría grandes cambios en los inicios del siglo XX.

Nacida en Nueva York, viajó a Francia en varias ocasiones como muchos de sus compatriotas de la alta sociedad neoyorquina atraídos por la cultura europea. En 1907 ese mismo país la recibiría de manera definitiva hasta su muerte acaecida en 1937. El hijo de la señora Glenn, escrita en 1935, es una de sus últimas novelas y también de las más notables.

Corre el año 1918 y el matrimonio Glenn ha perdido en combate a su único hijo cuando sobrevolaba el norte de Francia. Poco después fallecería el marido. Ahora, la viuda señora Glenn, con un aspecto aparentemente sereno, todavía joven, se encuentra en un barco rumbo a Europa. En él viaja también el señor Norcutt, un amigo del marido. A este hombre, miembro de la embajada americana en París, le confía más tarde que el motivo de su viaje es encontrar a un hijo extramatrimonial que concibió de su marido y que tuvieron que dar en adopción para no dar lugar a escándalo. Éste es ahora el único motivo que mantiene su ilusión para vivir. Poco puede hacer Norcutt más que una carta de recomendación para el Consulado de Italia, país en el que se supone se instaló el matrimonio que adoptó al niño. Tiempo después, la señora Glenn le escribirá una carta contándole la maravillosa noticia del reencuentro. Sin embargo, cuando Norcutt les hace una visita, no termina de entender la manera un tanto peculiar y misteriosa de conducirse el matrimonio Brown y el joven Stephen, un trío a expensas de la capacidad económica de la señora Glenn.

De manera breve y a través del narrador, Edith Wharton expone del modo fluido que le es propio y con un estilo literario impecable, el amor maternal desde una perspectiva de apego enfermizo y trágico. El dominio de los remordimientos y un agradecimiento mal entendido lleva a la protagonista a una situación extrema que la incapacita para cortar lazos. La obra constituye un análisis psicológico de quien siendo anímicamente débil, la convierte en presa fácil de personas sin escrúpulos. 

La lectura se hace tensa, en algunos momentos dramática, sobretodo cuando se enfrenta la opción de mantener una mentira arropada de una piedad afectuosa y la obligación de decir la verdad. Un dilema que se resolverá de manera dificultosa en la lucha interna que algunos de los personajes mantendrán con su propia conciencia.

Aunque breve, es justo decir que es una buena novela que merece la pena leer. Espero que os guste.

Páginas: 136