viernes, 1 de abril de 2016

El gran prado (Elizabeth Madox)


Posiblemente esta novela que os propongo no la encontraréis todavía en las bibliotecas. Aunque escrita en 1930 y finalista del premio Pulitzer de ese año, es ahora cuando Erasmus la publica en España. He tenido la oportunidad de leerla hace unos días y pienso que merece la pena conocerla.

La autora, Elizabeth Madox, fue escritora americana de la primera mitad del siglo XX galardonada con varios premios. A pesar de iniciar su carrera literaria a edad tardía, algunos críticos la han considerado como una de las autoras más destacadas del sur americano de su época.

La historia se desarrolla durante los primeros años de la colonización de Norteamérica, a finales del siglo XVIII. En esa época sólo los territorios del Este están conquistados por el hombre blanco y su gobierno pertenece al reino de Inglaterra. Algunos exploradores cuentan de las fértiles tierras más allá de Virginia, unas tierras salvajes pero con grandes promesas de prosperidad. Hombres fuertes, llenos de ambición y muy arriesgados deciden conquistarlas mientras inician la lucha por la independencia de un reino que les resulta ajeno y lejano que, sin ningún tipo de escrúpulo, pondrá en su contra a los indios a quienes arman con rifles. La colonización se convertirá así en algo terrible que Diony Hall tendrá ocasión de experimentar, quien siendo una joven soñadora y aficionada a la filosofía de Berkeley, vive apaciblemente en una granja de Virginia en la casa familiar hasta que, una vez casada, se traslada con su intrépido marido hacia las prometedoras tierras vírgenes de Kentucky. Una vez allí tendrá que adaptarse a las estrecheces, los peligros, la escasez, el frío, y todas las necesidades propias de un lugar solitario y rodeado de enemigos sin mostrar por ello más queja que el derecho a la atención de su marido. Sin embargo, la ambición de éste hará que Diony se encuentre en una situación difícil que llegará a alcanzar tintes verdaderamente dramáticos.

La novela está escrita con cierta complejidad afín a la psicología introspectiva de la protagonista. Mujer observadora, de pocas palabras y con clara determinación en sus actos, se adapta bien a la rica naturaleza que la rodea en la que desde su punto de vista prevalece lo vital. Junto al hecho histórico que se narra, la autora aporta sensibilidad y lirismo. Los breves e intensos diálogos, desarrollados en pequeños escenarios, dan un sentido teatral a la trama que alcanza su máxima expresión hacia el final de la novela. Escrita con sencillez, no por eso su lectura resulta simple.

Os la recomiendo vivamente. Espero que os guste. Sólo indicar un fallo de edición: la traducción tiene alguna deficiencia.

Páginas: 204








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