miércoles, 8 de mayo de 2019

La niña que miraba los trenes partir (Ruperto Long)

Hace unas semanas, al poco tiempo de publicarse en España este libro me propusieron leerlo. Poco atraída por un argumento ya conocido lo acepté más bien por compromiso, sin embargo, he de reconocer que la manera como el autor plantea la historia, utilizando el modo testimonial, captó mi atención desde el principio.

Ruperto Long, escritor uruguayo nacido en 1952, apoyado en hechos reales y tras una profunda investigación, escribe una novela conmovedora a través del testimonio de sus personajes, muchos de ellos reales, que apelan a la conciencia de nuevas generaciones.

Charlotte es una niña judía belga de ocho años nacida en Lieja. Cuando en el otoño de 1941 tiene que abandonar, casi con lo puesto, su hermosa casa junto a su familia huyendo de la invasión nazi y sus ideas xenófobas, comienza para ella y los suyos un peregrinaje que durará más de tres años en el que las privaciones y el miedo serán sus compañeros de viaje. Sólo la entereza y el amor de sus padres conseguirán paliar un poco la angustia que supone vivir en clandestinidad y con un futuro incierto cargado de peligros. Otras vidas transcurren al mismo tiempo por caminos diversos que el suyo, aunque condicionados por la misma guerra. Así, su tío Alter, un joven estudiante de ingeniería, leal, apuesto y de gran nobleza, se verá obligado a trabajar en uno de los guetos de Polonia donde se pondrá a prueba su firmeza moral. O Domingo López Delgado, un soldado uruguayo que siguiendo el dictado de su conciencia se alista como voluntario en las fuerzas de la Francia Libre llegando a combatir en el norte de África junto a Dimitri Amilakvari, el legendario militar francés de origen georgiano que daría la vida por sus legionarios en una lucha encarnizada contra los alemanes. 

Ruperto Long escribe un relato de gran sensibilidad en una época que solo cabe ser calificada de terrible consiguiendo sacar luz de la oscuridad apoyando su relato en las propias vivencias de unos personajes que, habiendo aprendido a prescindir de todo, no renuncian al amor, a la fe, a la libertad, a la Patria, a la lealtad y a todos aquellos valores capaces de sostener una vida a pesar de todo el mal que pueda intentar destruirla. 

Espero que os guste.

Páginas: 448


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