martes, 4 de septiembre de 2018

El agente secreto (Joseph Conrad)

Joseph Conrad es un novelista británico de origen polaco considerado uno de los más grandes escritores modernos. Nacido en 1857 en la ciudad polaca de Berdiczew, llegó a Londres en 1878, sin saber inglés. Dedicado a la navegación, viajó como capitán  por los mares del sur, el archipiélago malayo, África y el río Congo, experiencias que se reflejarían posteriormente en sus obras que no comenzaría a escribir hasta 1889.

El agente secreto, una magnífica novela, quizá la más conocida del autor por haberla llevado al cine Hitchcock en 1936 con el título "Sabotaje", es una de las últimas obras políticas de Conrad, lejos de sus típicas historias marítimas. 

Estos últimos días he tenido ocasión de leerla y no puedo dejar de recomendárosla. He de advertir que la película, aunque todo un clásico, no se ajusta exactamente a la historia original. Como ya os he sugerido en otras ocasiones: primero el libro y luego la película. 

La novela toma como punto de referencia el proyecto de una embajada extranjera en Londres de volar el observatorio meteorológico de Greenwich. El hecho, real, nunca fue resuelto totalmente, y esto fue lo que dio pie a Conrad a imaginar la posible historia de lo ocurrido. 

A pesar de la importancia del acto terrorista, todo pivota y queda subordinado al pequeño entorno  familiar del agente secreto, el señor Veloc, que en su simplicidad y el alto concepto que tiene de sí mismo, es capaz de provocar la peor de las catástrofes al abusar de la confianza de los más íntimos. Llevado al extremo, las actuaciones políticas llevan a justificar decisiones inmorales cargadas de fatalismo. La historia aborda varios temas candentes a finales del siglo XIX y que estallarían años después en el XX.

El relato tiene una gran fuerza narrativa. Las descripciones son precisas y los personajes de una gran definición psicológica, consiguiendo una actuación cargada de dramatismo, sobretodo en la vida doméstica de los protagonistas. Nadie queda a salvo cuando lo que se buscan son los propios intereses. El autor manifiesta una idea pesimista y escéptica de la vida. Os sugiero un cierto distanciamiento y que procuréis ser espectadores imparciales. 

La novela, escrita con elegancia, habla de un autor con una inteligencia preclara.

Espero que os guste.

Páginas: 348




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