miércoles, 2 de mayo de 2018

el último septiembre (Elizabeth Bowen)

Hace tiempo os recomendé un libro de esta misma autora (La muerte del corazón), quien ha sido considerada como una de las grandes  escritoras en lengua inglesa del siglo XX.

De una gran calidad literaria, merece la pena leer la obra de Elizabeth Bowen y por ello me dispongo a recomendaros dos títulos  más: El último septiembre y El fragor del día.

Hace tiempo que leí estas novelas, pero ha sido ahora, releyendo unas notas sobre la autora, que me vinieron a la memoria y enseguida quise haceros partícipes de ellas para animaros a leerlas.

En el último septiembre, la historia, que trascurre en Irlanda durante el verano de 1920, es un intento ciego por mantener una vida social convencional entre la aristocracia provinciana de la isla en un escenario de guerra de guerrillas entre los irlandeses que luchaban por la libertad y las tropas británicas acuarteladas en el territorio. Los personajes implicados prefieren ignorar secuestros, incendios o emboscadas. Las preocupaciones girarán en torno a los partidos de tenis, los bailes, los invitados y el afán de las jóvenes casaderas por encontrar novio como plan de futuro.

Bowen escribe, en la que fue su segunda novela, sobre su propia experiencia de lo vivido en una época y un tiempo ya terminado y que para un lector actual resulta, cuando menos, asombroso. La misma autora insiste en el postfacio que aunque la historia resulte increíble, o bien inhumana, realmente fue así como ocurrió, quizá como manera natural de autodefensa. En un ambiente bélico, la frivolidad, la lasitud y el aburrimiento no consiguen ocultar el dramatismo personal de cada uno de los protagonistas implicados. A modo de escenas teatrales los personajes se mueven en planos cortos, intimistas, irreales en cuanto que escenario y protagonistas parecen pertenecer a dos realidades completamente diferentes.

Los diálogos vienen a ser pequeños fragmentos de conversación anudados unos a otros. Las frases quedarán cortadas cuando rozan el compromiso de quien habla no logrando alcanzar la completa interacción con el interlocutor. Sin embargo, Bowen, con todos estos elementos, en un alarde de maestría, consigue a través de esas frases cortadas, de insinuaciones, de gestos llenos de intención, etc., la creación de unos personajes muy bien perfilados con sus contradicciones, deseos, ambiciones e intereses, que pese a todo no podrán sustraerse del drama que les rodea.

Espero que haya podido despertar vuestro interés y disfrutéis con su lectura.

Páginas: 336





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