Con una narrativa muy elegante, la trama se desarrolla con ingenio y consigue involucrar a cada uno de los personajes que entran en escena, espectadores de la muerte de George Furnace, excombatiente de la aviación inglesa en la Primera Guerra Mundial y excelente instructor de vuelo en el Aeroclub Baston dirigido por la joven Sally. Todos admiran la pericia de George en el manejo de los aparatos de vuelo, su paciencia con los alumnos y su buen carácter. Hasta que un día en el que pilotaba solo en los alrededores del aeródromo su avión se estrella inesperadamente provocándole la muerte en el acto. Las primeras investigaciones indican que el piloto ha podido suicidarse a pesar de las dudas de cuantos le conocían. Es el obispo de Cootamundra, Australia, que casualmente estaba allí durante esos días recibiendo instrucción aérea, quien intuye algo sospechosos mientras está velando el cadáver.
El autor plantea un abanico de posibilidades en el que el mismo lector se verá involucrado. Hay muchas dudas y pocas pistas sobre lo sucedido. El accidente da paso al misterio y éste a una solución que se sospecha imposible hasta alcanzar un desenlace inesperado.
Los personajes están muy bien dibujados y quedan definidos según la forma típica de dividir la sociedad inglesa a principios del siglo XX.
Espero que os guste. Es una buena novela con la que pude disfrutar muy gratamente.
Páginas: 248
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