De carácter autobiográfico, la obra cuenta la historia de la niña Polina, llamada así por su abuela paterna que, siendo judía, hubo de cambiar el de Pessah por el nombre ruso para evitar ataques antisemitas. Cuando, una vez disgregada la URSS en 1993, la familia Panasenko emigra a Francia, la niña figurará en los trámites burocráticos pertinentes como Pauline. La narradora tiene que enfrentarse entonces a una doble identidad. Ahora pertenece a dos países, a dos maneras diferentes de entender la vida, a dos maneras diferentes de pronunciar las cosas.
Lo que para otros podría considerarse como algo anecdótico, para Polina Panasenko es motivo de introspección, de una reflexión sobre la propia identidad marcada por los orígenes, la familia, las costumbres, la cultura o la educación.
Casi de puntillas, con una narración fresca, sin complejos, la autora relata acontecimientos significativos de la URSS en su etapa final a través de las vivencias cotidianas de su propia familia.
A lo largo de esta historia breve, bien contada, con diálogos y pensamientos integrados en la narración, y lenguaje metafórico, la autora vuelve una y otra vez a un pasado que no puede eludir, porque es el que quiere, porque es el que da sentido a su vida.
Espero que disfrutéis con esta original novela.
Páginas: 160