jueves, 22 de julio de 2021

El siglo de las siglas (Lucie J. Lipschütz)

Lucie J. Lipschütz, (París, 19 de enero de 1929), es una escritora, dramaturga, traductora, poetisa y guionista francesa, aunque, hija de judíos rusos exiliados tras la Revolución, ella misma señala que nació en París por pura casualidad. Su infancia transcurre entre Francia, Italia, Rumanía y España.

En 1939, tras pasar la guerra civil en Barcelona, su familia se trasladó primero a Niza y después a Buenos Aires, momentos antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Allí terminó sus estudios en el Instituto Nacional de Lenguas Vivas y se graduó en la Universidad de Córdoba. Inició su carrera de traductora del ruso, francés, inglés e italiano y en 1950 fue fundadora de Nuevo Teatro. En 1974 se establece en Madrid con su marido y sus hijos. Desde entonces no ha dejado de escribir cuentos, novelas, obras de teatro, guiones de cine y series de televisión.

Su novela El siglo de las siglas fue publicada por primera vez en 2005 siendo ahora reeditada ampliada y corregida. En ella, Lucie J. Lipschütz narra la historia familiar desde sus abuelos, quienes tuvieron que huir de Rusia casi con lo puesto tras la Revolución de 1917. El grueso de la narración lo protagonizan sus padres y ella misma. A través del relato lleva a cabo la biografía del siglo XX, un siglo de siglas, empleadas profusamente en un tiempo en el que se han querido evitar las palabras para decir la verdad.

Indagar en su propia memoria, las cartas que intercambiaron sus padres entre los años treinta y cuarenta, y con otros familiares, algunos documentos personales y fotografías, son todo el material del que dispone para desarrollar la narración.

Lipschütz ha sabido conjugar los grandes ideales y los grandes desastres que se fueron sucediendo a lo largo del siglo XX con su propia historia familiar. Ambas se entrelazan dando una visión personal, pero real en cuanto vivida, intentando facilitar al lector la comprensión del mundo actual. La perspectiva que dan los años y la afectividad al referirse a personas queridas, hace del relato una exposición amable, con sentido del humor y poco crítica, pero sin dejar de poner en valor unas vidas que bien podría decirse que son de supervivientes. Judía de raza y religión, la autora mantiene una actitud respetuosa y agnóstica. Sin negar en ningún momento a Dios, mantiene la tesis de que los seres humanos son fruto de la casualidad y su existencia solo puede explicarse afirmando que es inexplicable. 

Espero que os resulte interesante.

Páginas: 402




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