miércoles, 12 de diciembre de 2018

El rey Lear (William Shakespeare)


En esta ocasión me inclino por el teatro y por una de las principales tragedias de William Shakespeare, todo un clásico que, a pesar de haber sido escrita y representada hace más de cuatrocientos años, su argumentación no resulta ajena a la sociedad actual que dando la espalda a la incómoda vejez, en muchas ocasiones acompañada de demencia senil, muestra la ingratitud filial, fruto muchas veces de la estupidez humana.

Escrita en el segundo periodo del autor, comenzó su redacción en 1603 apoyándose en la Historia de los Reyes Británicos, escrita por Godofredo de Monmouth en 1135.  Su representación tuvo lugar al año siguiente. 

El rey Lear es el viejo monarca de Bretaña que, debido a su vejez, decide repartir su reino entre sus hijas Gonerilda, Regania, y Cordelia. Su intención es dividirlo en partes de acuerdo con el amor que ellas le profesan, pero Cordelia, que es sincera y le dice al rey que no podría expresar su amor con palabras, es rechazada injustamente por su padre al considerar que su respuesta solo puede ser fruto de la ingratitud. Desheredada, es desposada por el rey de Francia sin importarle la dote atraído por la belleza y el buen juicio de Cordelia. Kent, el consejero más cercano y fiel al rey también sufrirá destierro cuando intenta hacer ver a Lear lo injusto de su acción.

Ambientada en la Inglaterra pagana anterior al cristianismo, esta historia corre paralela a otros temas que enriquecen la galería de grandes retratos imaginados por Shakespeare.

Las desgracias desencadenadas cuando Lear, por vengar su vanidad herida, arroja de su lado a la menor de sus hijas, llevan a considerar la trascendencia de las decisiones humanas cuando éstas son tomadas con una libertad afectada por soberbia, la vanidad o la avaricia.

Espero que disfrutéis con su lectura. Magnífico sería que tuvierais la oportunidad de ver su representación teatral.

Páginas: 208



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