domingo, 28 de mayo de 2017

El secreto de mi madre (J.L. Witterick)


No he querido dejar pasar la oportunidad de recomendaros este libro publicado en 2014 y con el que casualmente he vuelto a toparme. Lo podréis encontrar en las bibliotecas públicas donde sé que tienen  ejemplares disponibles.

El secreto de mi madre es la primera novela de J. L. Witterick. Originaria de Taiwán y residente actualmente en Canadá desde la llegada de su familia en 1968, Witterick se sintió siempre muy conectada a la difícil situación judía durante la Segunda Guerra Mundial.

 Basada en un hecho real, la autora da vida a Helena y a su hermano Damian que viven con sus padres en Alemania. De padre ucraniano y madre polaca, las desavenencias entre éstos crean un ambiente tenso en el hogar familiar tan solo suavizado por el cariño de la madre y el amor protector de Damian. Harta de su déspota marido, en cuanto consigue ahorrar algo de dinero, la madre decide regresar a Polonia llevándose a los dos hijos que ahora cuentan con dieciocho y dieciséis años cada uno, instalándose en una modesta casa en el poblado de Sokal. No habría de pasar mucho tiempo cuando las tropas hitlerianas invaden el país y la tranquilidad que comenzaban a disfrutar se vea truncada por la insensatez de la guerra.

Franciszka, la madre de Helena, que ahora vive sola con su hija, con un sentido común llevado a la práctica, y una moral inquebrantable, decide, a pesar del grave riesgo que comporta, esconder en su pequeño hogar a dos familias de judíos y a un joven soldado alemán desertor del ejército nazi. Será entonces cuando la generosidad, la astucia y la discreción de las dos mujeres logren la supervivencia de todos.

La novela trasmite belleza dentro de su sencillez. Con un lenguaje simple tiene el encanto de un diario. Cada parte del libro, que es narrada por cada uno de los personajes, plasma su experiencia personal de lo vivido confluyendo en la persona de Franciszka.

La originalidad de esta novela radica en pasar como de puntillas sobre el tema del holocausto sin dejar el lector de percibir toda su crudeza. Sin embargo, no es en este caso la fealdad de la guerra lo que se alce con el protagonismo; por el contrario, será la bondad, la generosidad, la comprensión y el amor limpio y desinteresado, lo que trasmita la serenidad de quien, sin sentirse un héroe, es consciente de haber hecho lo correcto.

Páginas: 208




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