domingo, 28 de agosto de 2016

Una chica en invierno (Philip Larkin)


Acabo de leer este libro que me dispongo a recomendaros inmediatamente. De psicología compleja, la protagonista quizá refleje la personalidad del propio autor considerado por sus contemporáneos y críticos como solitario, taciturno y metido en sus propios pensamientos, ajeno a una fama que no quiso reclamar.

Philip Larkin, escritor inglés del siglo XX, es conocido principalmente por sus poesías, aunque también alcanzó gran éxito con sus escasas novelas  a las que no concedió demasiada confianza a pesar de haberlas escrito de una manera exquisita y con un lenguaje muy cuidado. 

Una chica en invierno, su segunda novela publicada,  la escribió en 1947 alcanzando inmediatamente un gran éxito de crítica y de público. Después de ésta, no volvería a terminar ninguna otra.

La novela no da muchas explicaciones sobre Khaterine, la joven protagonista, salvo que es extranjera en Inglaterra. De supuesta nacionalidad centroeuropea, a los dieciséis años,  en un tiempo previo a la Segunda Guerra Mundial,  decide mantener correspondencia con un joven inglés para mejorar el idioma a modo de ejercicio extraescolar como hacen muchas de sus compañeras de escuela. La sorpresa llega cuando la familia del muchacho la invita a pasar unas semanas de vacaciones en su casa en un pueblo a las afueras de Londres. Seis años después, y ya en plena guerra, Katherine regresa a Inglaterra como refugiada donde consigue trabajar como bibliotecaria. Sola en el país, decide volver a ponerse en contacto con la familia que la acogió aquél lejano verano y de la que no ha vuelto a saber nada desde entonces.
Gran importancia adquiere la relación entre Katherine y Robin, el joven con el que inició la correspondencia. Los complejos sentimientos de adolescente vuelven a enfrentarla con un presente que sigue asegurándole que es extranjera en un país que no deja de resultarle lejano. El autor utiliza con agudeza e ingenio un lenguaje que está en los detalles logrando describir con exactitud la cortesía y el distanciamiento del carácter inglés.

El realismo con el que se describen todos los momentos de la novela están descritos de una forma poética, cuidando los detalles, haciendo de lo ordinario algo sublime.

La novela requiere una lectura sosegada y reniega de lo superficial. Aún mostrando una realidad en ocasiones cruda, el autor cuida en extremo la delicadeza en las expresiones. Sólo cabe decir que lo mejor está en el final.

Espero que os guste.

Páginas: 304



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