sábado, 26 de marzo de 2016

Leer Lolita en Teherán (Azar Nafisi)


Azar Nafisi, especialista en literatura inglesa, es académica iraní y autora de varios libros. Con Leer Lolita en Teherán, en el que vuelca su propia experiencia,  cosechó un gran éxito, siendo traducido a más de 32 idiomas. Reside en Estados Unidos desde 1997, año en que tuvo que salir de Irán.

Nacida en Teherán en 1955 en el seno de una familia culta, de clase alta y muy involucrada con la política del país, tuvo la oportunidad de educarse en Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. De regreso a Irán a principios de los años ochenta, ya casada, se incorporó a la universidad de Teherán como profesora de literatura inglesa.

Mujer liberal, competente, valorada positivamente por sus compañeros y alumnos, tendría que vérselas con los censores de la República Islámica y con alumnos afines a la política de Jomeini siempre críticos a sus métodos de enseñanza y puntos de vista sobre los clásicos de la literatura inglesa.

Cansada de las constantes presiones a las que se ve sometida decide dimitir y dejar la universidad durante el otoño de 1995. Es entonces cuando pone en funcionamiento un proyecto que venía albergando desde hacía tiempo: inicia un seminario clandestino de literatura inglesa en su casa los jueves por la mañana al que asisten siete de sus alumnas más brillantes. Entre otros, serán Vladimir Nabokov, Scott Fitzgerald, Henry James y Jane Austen, autores prohibidos y censurados en Irán, objeto de estudio para las jóvenes. Con la lectura de las obras de esos autores y el análisis certero que de ellas hace Nafisi, alumnas y profesora irán expresando sus propias vivencias a través de los libros.

La trama de las obras y las vidas de esas mujeres se irán desarrollando de forma paralela, y da pie a Nafisi a mostrar un cuadro del Teherán de esos largos años de guerra, represión, y sucesión de situaciones absurdas donde el papel de la mujer era apenas relevante.

Estoy segura que os sentiréis rápidamente involucrados en el análisis que de las obras hace la autora y os sorprenderéis de las clases magistrales que desarrolla.

Páginas: 480 





Los pazos de Ulloa (Emilia Pardo Bazán)


Nacida en La Coruña a mediados del siglo XIX, Emilia Pardo Bazán es probablemente la mejor novelista española del siglo XIX. Escritora destacada, escribió no sólo novelas, también en su haber hay cuentos, libros de viajes, obras dramáticas, composiciones poéticas, etc.

Relacionada con escritores de su época, supo hacerse un hueco entre todos ellos y  poner de manifiesto la capacidad de la mujer para ocupar en la sociedad los mismos puestos que el varón dando su visión particular.  Bien es verdad que el apoyo paterno, su educación cultural y el nivel social al que pertenecía pudieron facilitárselo, pero no es menos cierto que esas mismas razones pudieron haberle impedido salir adelante en un ambiente eminentemente organizado por los hombres.

Afín a la corriente naturalista, Los pazos de Ulloa, escrita en 1886, puede considerarse como su obra maestra, donde describe una triste imagen de la decadencia del mundo rural gallego y de la aristocracia que lo dominaba.

El relato se centra en las consecuencias del matrimonio del dueño de los Pazos con una prima suya, señorita de ciudad, que no consigue adaptarse a la brutalidad primitiva y al mundo de intrigas, odios y vicios que se agitaba en aquella remota zona gallega.

Los personajes están trazados con gran fuerza. Las descripciones intensas y el estilo pulcro y colorista logra reflejar con acierto el ambiente en el que se sitúa la trama. Todo ello indica que os encontraréis delante de una novela muy bien escrita.

Los personajes bien perfilados, el modo como se plantean los problemas, la fuerza descriptiva,  el naturalismo presente a lo largo de la novela, etc., hacen que conserve el interés a lo largo del tiempo. Y es por eso que os la recomiendo como lectura imprescindible y que estoy segura no os defraudará.

Páginas: 392


miércoles, 16 de marzo de 2016

El gran Gatsby (F. Scott Fitzgerald)


Esta novela, que os resultará conocida sobretodo por su adaptación cinematográfica, no había tenido ocasión de leerla hasta ahora y os puedo asegurar que es sencillamente magnífica.

De alguna manera refleja la personalidad y las vivencias del propio autor, que aunque nacido en el seno de una familia con escasos recursos econónimos, su madre descendía de una acaudalada familia de origen irlandés. Posiblemente, estar tan cerca de la fortura y vivir, sin embargo, tan falto de ella, provocó en Fitzgerald una marcada fascinación por el dinero y sueños de gloria.

Junto a William Faulkner y Ernest Hemingway, Fitzagerald forma parte de la terna que preside la novelística estadounidense del siglo XX. El gran Gatsby la escribió en 1925 y es considerada por muchos como su gran obra maestra.

Gatsby es un extraño personaje que vive rodeado de gran lujo, sin que nadie sepa exactamente cuál es su origen. Está secretamente enamorado de una antigua amiga, casada ahora con un hombre que le es infiel. El millonario hecho a si mismo, Jay Gatsby, personaliza una de las obsesiones del autor y de la sociedad de su pais: la combinacion de dinero, ambicion y lujuria como promesa de nuevos comienzos.

El mismo Fitzgerald dice de esta novela que es "algo nuevo, algo extraordinario, hermoso y sencillo, con una estructura complicada". El relato está construido con gran habilidad, dando a los personajes una profundidad psicológica que convence, y pienso que os captará plenamente la atención si os animáis a leerla. La amargura del relato y la falta de moral en las vidas descritas conectan con el espíritu de la generación de "la era del jazz" o "los años locos", a la que perteneció el autor, igual que otros muchos hombres a los que se les calificó como los de la Generación Perdida, una generación que tuvo la mala fortuna de desenvolverse en el triste periodo de entreguerras.

Espero que os guste.


Páginas: 256


viernes, 11 de marzo de 2016

Mi familia y otros animales (Gerald Durrell)


Pensando en una lectura con la que pasar un buen rato y que os pueda arrancar una sonrisa, he pensado en esta novela que Gerald Durrell escribió en 1956 relatando sus propias vivencias en la isla griega de Corfú, cuando se trasladó allí con su familia durante una temporada siendo todavía un niño.

En ese lugar remoto el pequeño Durrell desarrollaría su pasión por los animales, llevándole posteriormente a viajar por las selvas del mundo, a ser un cuidador original del zoo de Londres y a escribir historias, muchas de ellas autobiográficas, llenas de ternura, pasión por la naturaleza y un exquisito sentido del humor.

El estilo narrativo de este escritor es fácil y atractivo, y su lenguaje directo y coloquial. Sabe combinar el retrato de gentes y lugares, la autobiografía y un magnífico sentido del humor echando mano de una fina agudeza psicológica.

Sin más objetivo que el de entretener, Durrell narra sucesos en principio intrascendentes, pero que presenta la realidad de una familia muy unida en cuyo seno se desarrollan abundantes valores humanos.

Cuando la leí me hizo pasar momentos muy agradables y espero que a vosotros os ocurra lo mismo.

Páginas: 416







viernes, 4 de marzo de 2016

El jardín de Dachau (Ellen Marie Wiseman)


Quizá estemos un poco saturados sobre la temática de la Segunda Guerra Mundial, pero no me resisto a recomendaros este libro que a pesar del panomara desolador en el que se desarrolla, despliega un manto de luz y esperanza válido para cualquier situación y cualquier época.

Ellen Marie Wiseman, en un intento por redimir al pueblo alemán, muchas veces injustamente tratado,  pondrá en boca de uno de los altos cargos del régimen alemán lo que ocurriría posteriormente: “Toda Alemania pagará por nuestros pecados. Ya lo verá usted. Y, sin embargo, las acciones brutales sólo se convierten en crímenes de guerra si las ha cometido el bando perdedor”. Sin adentrarse en acusaciones estériles, no dejará por eso de indicar que no solo los nazis cometieron errores y que los Aliados no se eximen de culpa. El no poderse imaginar tanta crueldad relatada por los supervivientes, el pueblo alemán será incapaz de creer  lo que fueron capaces de hacer los dirigentes en los que confiaron: “¿Por qué iban a asesinar a millares de personas? Y, ¿cómo iban a matar a tantísimos de una vez?(…) Me cuesta mucho creerlo. Eso es físicamente imposible”.

A punto de comenzar la Segunda Guerra Mundial, ajenos a los rumores ya eminentes del conflicto bélico que corren por el pueblo, Christine Bölz, una hermosa joven alemana luterana, e Isaac Bauerman, también alemán, pero judío perteneciente a una rica familia burguesa , se prometen amor eterno. No tardarán en ser conscientes de que la única manera de poder verse será clandestinamente, ocultos a los ojos de los demás. Sin embargo, y pese a sus grandes deseos de estar juntos, deberán rendirse a la evidencia. Con la desesperación pintada en el rostro, Christine se aferrará como a un hierro ardiente a la promesa de Isaac antes de separarse: “Algún día volveremos aquí, juntos. A la luz del día. No nos preocupará que nos vea nadie y cogeremos este mantel. Y cuando nos casemos, lo pondremos en nuestra mesa de boda, bajo una enorme tarta y un millar de flores”. 

Comenzará para ellos dos y  sus familias la experiencia de un sufrimiento absurdo, consecuencia de un conflicto de ambición irracional, y fuera de toda lógica.  Sólo serán capaces de sobrellevar el mayor dolor por el amor a la persona querida, la unidad familiar y los lazos de una amistad fuerte y desinteresada: “Quiero que sepas una cosa: fue el pensar en ti lo que evitó que me volviera loco. Jamás he dejado de amarte. Ni un solo instante”, le dirá Isaac a Christine en unos de sus encuentros más dramáticos.

Cuando el padre de Christine logra regresar de Rusia donde había sido destinado como soldado del ejército alemán, mantiene con su hija una conversación lo más serena posible intentando trasmitirle algo de razón y esperanza  ante el panorama desolador  de una guerra cruel y sin sentido: “Christine, quiero que entiendas una cosa: la guerra convierte a algunos en responsables, en criminales a otros y en víctimas a todo el mundo”. Christine que “estaba cansada de sentirse indefensa y aterrorizada, cansada de las sirenas antiaéreas y de la tela negra puesta en las ventanas, cansada de ver confusión y miedo en los ojos de sus hermanos, cansada de ver a su madre trabajar tantísimo simplemente para mantenerlos a todos vivos. Pero sobre todo, cansada de preguntarse si alguno de ellos sobreviviría siquiera”, encuentra en los brazos y las palabras de su padre el consuelo a una vida que se presenta destrozada cuando apenas comenzaba a desplegarse.

Para acomodar la trama al entorno la autora se toma algunas libertades que ella misma explicará al final del libro, pero no por eso deja de ser una novela interesante y bien escrita.

Espero que os guste.

Páginas: 560