domingo, 30 de agosto de 2015

Viejas historias de Castilla la Vieja (Miguel Delibes)

Miguel Delibes, si no el primero, es uno de mis escritores españoles preferidos. Castilla es la zona con la que sin ninguna duda mejor me identifico, y Delibes no deja de mostrarme argumentos para seguir haciéndolo.

No es ésta la única novela corta escrita por el autor, pero sí puedo deciros que quizá sea la mejor. Más adelante os iré mostrando algunos de sus libros.

 La novela, que narra la vuelta de un inmigrante a su pueblo castellano natal, a principios del siglo XX es, literariamente, una lección de riqueza de vocabulario, de poesía y gracejo picaresco. Su contenido es bronco y áspero, como Castilla, y a la vez tiernamente humano.
Cuando el emigrante regresa, el pueblo sigue ahí, sumiso, apagado, mezclándose cada vez más con el color de la tierra.  En Castilla no se cuenta por años sino por siglos, y allí estará esperando todo igual, las casas, los árboles, los campos agotados, las gentes envejecidas, el arroyo que pasa entre cañizos y el polvillo de la trilla pegado a los muros.

Que disfrutéis de este pequeño tesoro de nuestras letras.

Páginas: 112


Novela de ajedrez (Stefan Zweig)



No me resisto a señalaros esta otra novela corta de Stefan Zweing, Novela de ajedrez, que en tan solo 96 páginas, y haciendo alarde de su maestría, es capaz de contarnos una historia con grandes dosis de intriga, y plasmar con acierto la naturaleza antagónica de los dos protagonistas.

En esta ocasión el autor nos presenta a Mirko Czentovicz, curioso personaje sin capacidad para ninguna otra actividad intelectual que no sea el ajedrez. Siendo niño ya se reveló como un genio en este campo, llegando a ser campeón del mundo. Pero en un viaje en barco de Nueva York a Buenos Aires, se le presenta un enigmático contrincante: el señor B., noble vienés que huye de los nazis y que cuando fue apresado y aislado por ellos, aprendió a jugar solo, como terapia para no perder la razón.

El argumento se desarrolla con un estilo cuidado, ágil y tenso. Los personajes se definen con rasgos precisos y convincentes.
El autor pone de manifiesto la capacidad de resistencia del ser humano, a la vez que su fragilidad, cuando se ve sometido a una presión extraordinaria.

Páginas: 96


Veinticuatro horas en la vida de una mujer (Stefan Zweig)



Stefan Zweig es otro de mis autores favoritos. Maestro en mostrar una combinación de elementos sentimentales y psicológicos, sus obras adquieren una gran profundidad y un estilo elegante, tanto si se trata de una novela extensa o de una novela corta, como es en este caso  de Veinticuatro horas en la vida de una mujer con 102 páginas.
 
La historia se desarrolla en una modesta pensión de la Riviera florentina donde surgió una discusión de sobremesa motivada por la actuación de una mujer casada, aparentemente honesta, y que vino a pasar allí unos días junto a su marido y sus dos hijas. El hecho de haberse fugado con un joven huésped que llegó allí unos días antes, y al que no conocía de nada,  no sólo sorprendió, sino que indignó vivamente al resto.
Sin embargo, hay una nota discrepante: una anciana dama inglesa evocando un día en su vida, muchos años atrás, decide contar a quien narra la historia, cómo ella también fue víctima de una intensa pasión hacia un joven polaco, jugador empedernido, al que conoció en Montecarlo cuando  era una joven viuda respetable.

Zweing describe los convencionalismos sociales de comienzos del siglo XX bajo cuya rigidez se escondían pasiones inconfesable. El autor se inclina por la defensa y la comprensión de la mujer en una época en la que las acciones eran valoradas de diferente manera según fueran realizadas por un hombre o una mujer.

Los protagonistas están dotados de una personalidad vigorosa y la calidad narrativa es incuestionable, con gran expresividad y abundancia de planos cortos al tratar la angustia, la desilusión o las reacciones obsesivas.

Seguro que la historia no os deja indiferentes.

Páginas: 104





viernes, 28 de agosto de 2015

La nieta del señor Linh (Philippe Claudel)


La nieta del señor Linh es, a pesar de su corta extensión, una novela rica en matices y sencillamente conmovedora.

Huyendo de su país en guerra, en Extremo Oriente, pero del que no se nos dice el nombre, un anciano huye en un barco llevando en brazos a su nieta, un bebé que logró sobrevivir cuando una bomba estalló junto a ella y sus padres cuando se encontraban trabajando en el campo. Al llegar a tierras occidentales han de vivir en un centro de acogida. Aunque no consigue comunicarse con palabras, sus gestos apacibles y el cariño con que trata a su nieta cuando la saca a pasear, llama la atención de un hombre viudo, solitario como él, con quien entabla amistad.

La obra, muy bien escrita, narrada con un lenguaje poético que no oculta la tristeza de las pérdidas, trasmite un mensaje esperanzador que es capaz de superar barreras raciales y culturales apoyándose en la comprensión, la amistad y el afecto mutuo.

Aunque el argumento se adapta al estilo literario, el problema que plantea es real y de gran profundidad humana y de respeto hacia la persona que sufre.

El final es sorprendente y os recomiendo que estéis muy atentos para no quedar desconcertados.

Páginas: 128

jueves, 27 de agosto de 2015

Estupor y temblores (Amélie Nothomb)


Améline Nothomb obtuvo con esta breve novela, de tan solo 144 páginas, el gran premio de la Academia Francesa en 1999.

Hija de un embajador belga, nació en Japón en 1967 cuando su padre estaba allí destinado. Con un perfecto dominio del japonés, Améline pudo trabajar tiempo después en Tokio. Esta circunstancia fue lo que le sugirió el tema de la historia aquí narrada: aventuras y desventuras de una joven occidental empleada en una compañía japonesa.

Escrita con un estilo ágil, fluido y sintético, pero con una gran carga de expresividad, la autora refiere en primera persona los desencuentros laborales con su jefa japonesa, reflejo de los desencuentros entre Oriente y Occidente como consecuencia de las distintas maneras de percibir la vida.

A pesar del punto de humor negro, que hace que la lectura sea entretenida y en ocasiones llegue a provocar risa con imágenes extremas y caricaturescas, la ironía y un estilo ácido no ocultan los aspectos serios y realistas que subyacen tras esa apariencia divertida.

Améline Nothom se mantiene en todas sus novelas con un estilo sobrio, escueto y directo que la caracteriza. Un sentido del humor ácido e irónico se hace presente en casi todas sus narraciones, por lo general breves.

Otras novelas de la autora que os recomiendo:
      • La nostalgia feliz
      • Biografía del hambre
      • Ni de Eva ni de Adán 
      • Ácido sulfúrico

      Améline Nothomb es una de mis autoras preferidas. Espero que su lectura también os resulte interesante.

      Páginas: 143


      Reencuentro (Fred Uhlman)



      Aunque no sea un motivo demasiado plausible desde un punto de vista literario, y ya que me propongo animar a los más perezosos para iniciarse en el placer de la lectura, os indico algunas novelas, que como os prometí, no alcanzan las doscientas páginas.

      Lady Susan, como ya indiqué en una entrada anterior, estaría dentro de esta clasificación de novela corta con 158 páginas.

      Os presento ahora Reencuentro, de Fred Uhlman.

      Reencuentro es una maravillosa historia de amistad surgida entre dos chicos alemanes, uno de familia noble y el otro hijo de un médico judío. Compañeros de clase y de gustos afines, ambos disfrutan durante el invierno de 1932 de su mutua compañía. La llegada al poder de Hitler y sus leyes antisemitas, provoca la ruptura de esta armonía y la huida del judío a Estados Unidos.

      Fred Uhlman, también alemán y judío, plasma en esta novela de carácter autobiográfico, su propia experiencia de lo vivido y lo visto cuando tuvo que exiliarse de su país en 1933, a pesar de que él en esa fecha ya contaba con más de treinta años, una generación mayor que sus protagonistas.

      La obra, que es una narración corta, tan solo 128 páginas, está elaborada con exquisitez, con muchos matices psicológicos en los personajes, y abundancia de detalles ambientales.

      Lo mejor de todo: el final.

      Páginas: 128


      lunes, 24 de agosto de 2015

      Lady Susan (Jane Austen)



      Si no tenéis demasiado tiempo para leer, o buscáis algún libro simpático, breve y ligero, os recomiendo Lady Susan, de Jane Austen.

      Utilizando el género epistolar, que casi siempre es bien recibido, la autora hace un despliegue de maestría al plasmar la psicología de cada uno de los personajes. A través del ir y venir de cartas el lector puede hacerse perfecta idea del ambiente reinante en la alta sociedad inglesa de finales del siglo XVIII. Las intrigas de la protagonista arrancan con frecuencia una sonrisa y muestran la ironía y la crítica velada de Austen ante quien no ve en el matrimonio más que un negocio.

      Escrita antes que otros títulos la hicieran famosa, Jane Austen no muestra vacilaciones de narradora inexperta. La temática y estilo revelan ya, de modo condensado pero significativo, los rasgos que caracterizarán el resto de su producción.

      Espero que os guste.

      Páginas: 158