
No es ésta la única novela corta escrita por el autor, pero sí puedo deciros que quizá sea la mejor. Más adelante os iré mostrando algunos de sus libros.
La novela, que narra la vuelta de un inmigrante a su pueblo castellano natal, a principios del siglo XX es, literariamente, una lección de riqueza de vocabulario, de poesía y gracejo picaresco. Su contenido es bronco y áspero, como Castilla, y a la vez tiernamente humano.
Cuando el emigrante regresa, el pueblo sigue ahí, sumiso, apagado, mezclándose cada vez más con el color de la tierra. En Castilla no se cuenta por años sino por siglos, y allí estará esperando todo igual, las casas, los árboles, los campos agotados, las gentes envejecidas, el arroyo que pasa entre cañizos y el polvillo de la trilla pegado a los muros.
Que disfrutéis de este pequeño tesoro de nuestras letras.
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