domingo, 29 de junio de 2025

Charlotte Löwensköld (Selma Lagerlöf)

Selma Ottilia Lovisa Lagerlöf (Mårbacka, provincia de Värmland, Suecia meridional, 1858 - 1940), fue una escritora de cuentos y novelas y la primera mujer en obtener un Premio Nobel de Literatura (1909) “en reconocimiento a su idealismo, la vívida imaginación y la percepción espiritual que caracterizan a todas sus obras”. Durante la Primera Guerra Mundial se le concedió ser miembro de la Academia Sueca, abriendo así la puerta a otras mujeres que llegarían después.

De esta autora ya reseñé en este mismo blog  La casa de Liljecrona, una novela publicada por primera vez en 1911.

En 1925 iniciaría la Trilogía del anillo, siendo el segundo de los libros Charlotte Löwensköld que ahora os reseño. Los otros dos (el primero titulado El anillo de los Löwensköld, y el tercero titulado Anna Svärd) todavía no han sido traducidos al castellano. Con todo, esta que os presento puede leerse de manera individual sin perder por ello calidad ni interés. 

Charlotte Lôwensaköld es una joven que desde niña ha estado al cuidado de su tío abuelo el rector Forsius y su esposa. Charlotte, que asiste a la anciana señora Forsius como dama de compañía, siempre ha sido tratada como una hija. Su buena disposición para realizar cualquier tarea y su trato alegre y cordial pronto ganó el corazón del matrimonio. Tiempo después, Karl-Artur Ekensteds, un joven perteneciente a la alta sociedad sueca, pero que influenciado por el pietismo luterano está dispuesto a abandonar todo lo material para dedicarse a los asuntos de la fe, llega a la rectoría en calidad de vicario para ayudar al viejo rector en la predicación y la atención de los feligreses de la pequeña parroquia de Korskyrka. No tardará en enamorarse de Charlotte con la que se compromete, pero van pasando los años y Karl-Artur no se decide a contraer matrimonio porque solo quiere vivir en absoluta pobreza, cosa que Charlotte, por el bien de ambos y para evitar distanciamiento con la familia de su prometido, intenta evitar. Entre tanto, un terrateniente rico y viudo que se ha instalado en una de sus fincas próxima a la rectoría, decide pedir la mano de Charlotte. Esta le rechaza por amor a Karl-Artur, pero éste, lejos de valorar la fidelidad de la joven, deja anidar la sospecha en su inconstante corazón pensando que solo son artimañas para romper el compromiso.

Selma Lagerlöf, buena conocedora de la Biblia, del luteranismo, de la sociedad de su época y la historia de su país, sitúa la acción en 1830, cuando el pietismo todavía tiene fuerza en Suecia con su rigorismo y un sentido exagerado de la mentalidad pecadora que muchas veces llevaba a la contradicción, la hipocresía, el inmovilismo y la falta de sentido común.

La narración de tintes costumbristas se centra en el desarrollo psicológico y la relación entre los personajes con gran riqueza de matices dando especial peso al papel de las mujeres. Las historias protagonizadas por cada uno de ellos se irán cruzando con saltos en el espacio y en el tiempo que ayudan a dar coherencia y sentido a la trama.

La autora embellece la narración con recursos mitológicos, la influencia de cuentos populares y una musicalidad de fondo que es una característica de sus escritos. Espero que disfrutéis con su lectura.

Páginas: 352





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