viernes, 1 de julio de 2022

Recuerdos de un jardinero inglés (Reginald Arkiell)

Hace tiempo que no leía un libro tan sencillo y amable como éste, de esos que sin ser grandes novelas dejan un poso en el recuerdo y empujan sutilmente a descubrir la maravilla de lo cotidiano. 

Sin entrar en polémicas de señores y criados, del consabido arriba y abajo, Recuerdos de un jardinero inglés ensalza la capacidad de cualquier persona por captar la belleza de lo efímero a través del cuidado de las plantas, camino para alcanzar el sentido de la vida. No en vano "...el mundo empezó en un jardin...".

Reginald Arkell (1872-1959) fue un escritor y guionista británico y un gran aficionado de la jardinería y la horticultura. Esta novela que os propongo la escribió en 1950 y es considerada como su gran obra.

Protagonizada por Herbert Pinnegard, próximo ya a cumplir los ochenta años, el narrador va desglosando el bagaje de la vida de este hombre desde que, siendo un bebé de pocos días, fue abandonado en la puerta de la familia Pinnegard, un matrimonio de granjeros con seis hijos. Acogido y cuidado como uno más de la familia, al llegar a la edad de trabajar sus intereses no estarán en la granja. Iniciado por su maestra, la señorita Mary Brain, en el estudio de las flores silvestres, pronto su inclinación profesional se dirigirá a la jardinería. Con doce años entrará como aprendiz a las órdenes del jardinero jefe en la mansión de la señora Charteris, entonces una joven de dieciocho años recién casada. Entre ambos surgirá una relación de especial amistad que perdurará a lo largo del tiempo. La señora pronto descubre en Herbert a un muchacho capaz de aprender cuanto se proponga y le anima a salir de su pertinaz timidez para conseguir moverse en las altas esferas de la jardinería.

Reginal Arkell escribe con sentido del humor una historia de amistad desigual con la jardinería como hilo conductor. Ambientada en la época eduardiana, los protagonistas serán testigos de los cambios provocados por las contiendas bélicas y los distintos monarcas británicos, siendo las plantas, paradójicamente, lo que permanece inmutable. 

La historia de Pinnegard se puede tomar como una metáfora de la Creación, fuente de paz y belleza. La satisfacción del trabajo bien hecho que dignifica y abre el corazón a la generosidad, es un constante a lo largo de la novela.

Espero que disfrutéis con su lectura durante este periodo estival que iniciamos.

Páginas: 224




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