La luz de la esperanza (Alan Hlad)

 

Alan Hlad, es un escritor estadounidense afincado actualmente en Ohio con su familia. Es miembro de la Sociedad de Novela Histórica de Cleveland y de la Asociación de escritores de Akron. La luz de la esperanza es su segunda novela. 

Apoyado en algunas investigaciones sobre la Primera Guerra Mundial en torno a la creación de la escuela canina en Alemania  para ayudar a los veteranos que quedaron ciegos tras la contienda, y a la utilización de bombas de gas, escribe una historia bastante lineal, respetuosa, sin dejarse llevar de la morbosidad, con algunos giros que añaden cierta emoción y escenas de novela romántica. Algunos de los personajes son reales, como el doctor Gerhard Stalling, que pondría en funcionamiento el proyecto del adiestramiento de perros guía. 

Anna es enfermera en el hospital de Oldenburg, en Alemania. A pesar de su poca habilidad en alguna de las tareas que le encomiendan, su bondad y empatía con los enfermos la convierte en una de las más apreciadas. Mientras acompaña a un enfermo ciego por el jardín del recinto se le ocurre dejarle caminar sólo junto al perro del doctor Stalling. Cuando éste ve el comportamiento del perro se le ocurre que podría ser ésta una buena idea para ayudar a los veteranos que han quedado ciegos por la metralla y las bombas de gas. Aunque contraviniendo el Convenio de la Haya, los alemanes han empezado a utilizarlas y los Aliados contraatacan de la misma manera. Bruno, el prometido de Anna, es uno de los encargados de utilizarlas y Max, un soldado judío que ha quedado ciego a causa de ese terrible armamento, el hombre al que Anna deberá instruir en el manejo del perro guía. La joven se verá inmersa en un conflicto interior difícil de resolver.

Sin muchas pretensiones literarias, es una novela agradable de leer. Los personajes, desarrollados solo superficialmente, se polarizan en nobles e innobles, dando la oportunidad a una rectificación. Se pone en valor la justicia, la honorabilidad, las relaciones familiares, el amor verdadero, etc. Alan Hlad recrea unos momentos históricos duros y a la vez conmovedores por las actuaciones generosas de personas anónimas.

Espero que paséis momentos agradables con su lectura.

Páginas: 416