viernes, 15 de junio de 2018

La pesca de salmón en Yemen (Paul Torday)



Esta novela, que podría encuadrarse en el género cómico, la leí hace años, cuando se publicó en 2006, y recuerdo que me proporcionó momentos muy agradables. Más tarde, en 2011, se llevó al cine, quizá alguno hayáis visto la película. Ya sabéis mi opinión al respecto: mucho mejor el libro. En cualquier caso, hoy me he acordado de él y he pensado que podría ser una buena lectura a tener en cuenta de cara al verano.

Un rico jaque yemení, después de pasar un tiempo en Londres pescando salmones y disfrutando del singular deporte, decide establecer en su país un criadero simulando un río para animar a sus compatriotas a ejercitarse en la captura del salmón. A pesar de que al científico inglés al que se le propone el proyecto le resulta disparatado y se resiste a la idea, el primer ministro británico le insiste por los intereses políticos y los beneficios que pudiera acarrear la empresa. A esto se añade el entusiasmo del multimillonario jeque y su atractiva intermediaria. Así, el gris y metódico empleado del Centro Nacional para el fomento de la Piscicultura del Reino Unido, Alfred Jones, tras absurdas peripecias, experimentará un cambio radical en su vida.

La novela es una sátira que caricaturiza por vía del absurdo los entresijos del poder, capaz de apoyar iniciativas inviables por motivos incongruentes. La idea de que el dinero es capaz de conseguir todo porque todo tiene un precio, conduce a fracasos de gran envergadura que, manipulados con informaciones periodísticas interesadas, pueden anular la vida profesional, social, familiar, etc. de inocentes que no alcanzan a ser considerados más allá que un mero valor estadístico.

El autor utiliza un procedimiento narrativo original, próximo al género epistolar, en versión modernizada, a base de cartas, informes administrativos, anotaciones de diario, correos electrónicos, extractos de sesiones parlamentarias, trascripción de entrevistas televisadas, etc. Así, la acción, bastante compleja, cobra un carácter directo y realista, aunque a cambio los elementos formales estén mucho menos elaborados. El texto está planteado de forma ingeniosa, y su propósito de ridiculizar una sociedad sin convicciones de ningún tipo, obsesionada por el éxito a cualquier precio y sin el menor respeto por el trabajo ajeno, queda claramente manifiesto. 

Al ser el estilo utilizado sencillo y coloquial hace que la lectura sea muy amena. Espero que os guste.

Páginas: 352



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