sábado, 4 de octubre de 2025

La luna como testigo (Josephine Tey)

Josephine Tey (Inverness, 1896 – Londres, 1952) fue una escritora escocesa
especialmente conocida por sus novelas de misterio. En sus obras utilizó este nombre como pseudónimo de Elizabeth Mackintosh. Siendo profesora de educación física, comenzó su carrera literaria en 1926 cuando las circunstancias le obligaron a abandonar su tarea docente y dedicarse al cuidado de su padre anciano. 

Cinco de sus novelas de misterio están protagonizadas por el inspector de Scotland Yard Alan Grant. En La luna como testigo (The Franchise Affair), considerada una de las mejores novelas de misterio del siglo XX, Grant aparece en un papel secundario. Como es habitual en Josephine Tey, todos los personajes son presentados de manera creíble, cercanos y que bien pudieran ser reales, de alguna manera cotidianos, lejos de estereotipos y con detalles minuciosos que van definiendo a cada uno de ellos. Esta novela se publicó en 1948 y en 1950 se llevaría al cine.

Robert Blair, propietario de un bufete de abogados en la localidad de Milford, caballero rural, afable, soltero y de costumbres conservadoras, recibe la llamada de una de sus vecinas pidiéndole que acuda en su ayuda porque su madre y ella han sido acusadas de haber secuestrado y maltratado a una joven de dieciséis años llamada Betty Kane. Ante la súplica de Marion Sharpe, mujer de cuarenta años, soltera y algo excéntrica, Robert acude a la casa de las dos mujeres donde la joven, junto con la policía, se disponen a corroborar la declaración jurada de la chica. Pronto se da cuenta el abogado que, aunque todo lo que dice Betty Kane parece verdad, hay algo en ella que le lleva a sospechar que se trata de un falso testimonio para ocultar sus propios delitos.
 
Inspirada en un caso real del siglo XVIII, pero ambientada en los los años de postguerra, la autora se lanza a desarmar y desvelar lo que puede haber detrás de una cara bonita e inocente a la que no se le puede negar credibilidad. La influencia de los medios de comunicación en la opinión pública, la fisonomía como parte importante para delatar a un culpable o para exonerarle y el deseo de que la verdad se imponga a la mentira, serán una constante a lo largo de la trama. La honorabilidad, la dignidad, la honradez o la empatía son valores que Josephine Key no deja de tener en cuenta en la actuación de sus personajes.

Encontraréis reseñadas en este blog otras de sus novelas. Aunque sin desdecir de éstas, La luna como testigo es la que más me ha gustado. Espero que disfrutéis con ella.

Páginas: 320



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