Una familia francesa compuesta por los padres y dos hijos vive en una aldea de las Cevenas, una zona montañosa de Francia. Todos están felices y expectantes ante la llegada de un bebé. Pero este tercer hijo, un niño hermoso con la fisonomía propia de la gente de la región, no parece reaccionar a los estímulos exteriores. Pronto recibirán el triste diagnóstico de su discapacidad. El pronóstico no es más que una vida vegetativa hasta la llegada de una muerte que no se hará esperar demasiados años. La reacción ante la noticia marca profundamente las relaciones entre los miembros de la familia. Su hermano mayor, del que no se dice el nombre ni tampoco el de la hermana, le protege, hablándole al oído, cantándole y cuidándole. La hermana, algo menor, se rebela ante una situación que no entiende.
La novela está narrada desde el punto de vista de las piedras de la casa, testigos mudos de lo que ocurre y del comportamiento de todos. La llegada de un cuarto niño sano a la familia es motivo de alegría, pero al tercero nunca se le olvidará.
La autora construye una historia dramática y a la vez luminosa. Junto al dolor y la impotencia aparecen la compasión, la ternura, la fraternidad y la alegría. El uso de un lenguaje descriptivo, intenso y adecuado consigue que el lector se introduzca en el interior de los personajes en una introspección psicológica.
Espero que os guste esta novela de temática tan interesante.
Páginas: 160
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