Al otro lado del valle, publicado por primera vez en 1998, y traducido y publicado recientemente en castellano, es el primero de esos libros. Gervase Phinn es autor también de cuentos, obras de teatro y poesía, prestando especial interés a la literatura infantil y juvenil
Con mucho sentido del humor, próximo a la carcajada, de una manera amable, simpática y distendida, Phinn relata en esta ocasión sus experiencias durante el primer año de ejercicio como inspector escolar. Con treinta y un años y soltero se incorpora a ese puesto en la población de Fettlesham. Tanto su paisaje como sus gentes enseguida le cautivan. Le atrae la idea de establecerse en este lugar y, quien sabe, quizá surja la posibilidad de formar aquí una familia. Su capacidad de trabajo y de empatizar con todo tipo de personas, o su disponibilidad frente a los distintos encargos que debe acometer le facilita la tarea. No tardará en conmoverse con la sencillez y la inocencia de los niños, y la profesionalidad y entrega de sus maestros.
Gervase Phinn es capaz de convertir lo más cotidiano en algo digno de admiración y las situaciones absurdas, ridículas o estrambóticas que pudieran derivarse, vistas con ternura y sentido del humor, en algo de una profundidad “filosófica” incuestionable. El lenguaje sencillo y los diálogos ágiles consiguen que la lectura sea amena mientras induce constantemente al lector a la sonrisa.
Con mucho sentido del humor, próximo a la carcajada, de una manera amable, simpática y distendida, Phinn relata en esta ocasión sus experiencias durante el primer año de ejercicio como inspector escolar. Con treinta y un años y soltero se incorpora a ese puesto en la población de Fettlesham. Tanto su paisaje como sus gentes enseguida le cautivan. Le atrae la idea de establecerse en este lugar y, quien sabe, quizá surja la posibilidad de formar aquí una familia. Su capacidad de trabajo y de empatizar con todo tipo de personas, o su disponibilidad frente a los distintos encargos que debe acometer le facilita la tarea. No tardará en conmoverse con la sencillez y la inocencia de los niños, y la profesionalidad y entrega de sus maestros.
Gervase Phinn es capaz de convertir lo más cotidiano en algo digno de admiración y las situaciones absurdas, ridículas o estrambóticas que pudieran derivarse, vistas con ternura y sentido del humor, en algo de una profundidad “filosófica” incuestionable. El lenguaje sencillo y los diálogos ágiles consiguen que la lectura sea amena mientras induce constantemente al lector a la sonrisa.
Os invito a leerla. En más de una ocasión me ha provocado una buena carcajada. Limpio en el fondo y en la forma podría decirse que es un "rara avis" en el mundo literario de "rabiosa actual".
Espero que os guste.
Páginas: 320
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