jueves, 19 de enero de 2023

Diana Tempest (Mary Cholmondeley)

Aunque se trate de una autora a penas conocida, al menos para el público español, Mary Cholmondeley es una de las autoras perteneciente al grupo de los escritores victorianos tales como Dickens, Wilkie Collins, George Eliot o Jane Austen, descubriéndose en sus escritos alguno de los rasgos de éstos.

Mary Cholmondeley nació en el pequeño pueblo de Hodnet, en Shropshire, Inglaterra, en 1859, donde su padre era vicario; y falleció en Kensington, Londres, en 1925. Pasó la mayor parte de sus años de juventud cuidando de su madre enferma. Intentando evadirse de alguna manera de la vida monótona que llevaba comenzó a escribir ficción y en 1886 publicó su primera novela bajo pseudónimo. En 1893 publicaría su novela más célebre, Diana Tempest, la primera con su verdadero nombre y con la que se adelantaría al movimiento feminista New Woman.

El coronel Tempest, siendo un joven apuesto y encantador, arrebató a su hermano mayor la mujer que estaba destinada a ser su esposa, Diana, para casarse en secreto con ella. Las dos familias implicadas rechazaron el matrimonio. Las consecuencias fueron fundamentalmente la pérdida de derechos patrimoniales que dejó a la pareja en una situación precaria para alguien de su posición social. Pasados los primeros años de romanticismo, la vida se tornó difícil para ellos, sobre todo para Diana, al descubrir lo voluble, egoísta e irresponsable del carácter de su marido tras el nacimiento de su primer hijo. Embarazada por segunda vez, Diana se ve sin fuerzas físicas ni anímicas para seguir adelante y su muerte llega al dar a luz una niña que llevaría su nombre. Del bebé se hará cargo la abuela materna a condición de que el coronel Tempest renuncie a ella. Aceptados estos términos sin ningún problema, el coronel se centrará en la posibilidad de heredar el título de cabeza de familia de los Tempest con todas sus posesiones a la muerte de su hermano mayor que se sabe ya próxima, siendo que el niño nacido dentro del matrimonio de éste es ilegítimo. Sin embargo, Jack Tempest, presa del odio hacia su hermano desde que le quitara a su prometida, no duda en testar a favor de John, el niño que sabe que no es suyo, empujando al coronel a emprender acciones abominables.

Mary Cholmondeley escribe con todos los ingredientes de las novelas victorianas de finales del siglo XIX con una trama de amor, desamor, herencias, matrimonios, etc. Se añade además una subtrama semipoliciaca muy interesante que mantiene el suspense siguiendo el estilo de Wilkie Collins. El honor es uno de los valores fundamentales a lo largo de la novela. Junto a éste, la fortaleza, la amistad desinteresada o el deseo del amor verdadero, en contraste con la mala conciencia, el egoísmo, la mentira, la traición o la infidelidad.

Bien escrita, con un lenguaje cuidado que en ocasiones hace que la lectura se torne algo más lenta, la historia se desarrolla con coherencia, manteniendo el suspense a lo largo de la trama con una evolución de los personajes adecuada .

Espero que os guste.

Páginas: 480




sábado, 14 de enero de 2023

Una larga mirada (Elizabeth Jane Howard)

Elizabeth Jane Howard (Londres, 1923 – Bungay, 2014), fue una novelista británica, galardonada con varios premios cuya carrera como escritora comenzó en 1947. Una larga mirada (1956) fue su segunda novela, de una magnífica factura, aunque no fue incluida como una de las grandes del siglo XX.

La historia en esta novela tiene la genialidad de ser narrada en cronología inversa. Corre el año 1950 y la señora Fleming se dispone a anunciar el compromiso de su hijo con la joven June Stoker en su casa de Campden Hill Square en una cena en la que se reunirán ocho personas. Va a hacer lo que se espera de ella como perfecta anfitriona. La conversación fluirá con temas superficiales, como siempre. Sus hijos se mostrarán educados, pero distantes con ella. Y tanto la prometida como sus padres serán de un insulso esperable. Todavía no se sabe si el señor Fleming asistirá a la fiesta. Sus apariciones son imprevisibles desde que tomó la decisión de vivir lejos de la casa familiar de mutuo acuerdo con su esposa y, en caso de lo que lo haga, es sabido que asumirá todo el protagonismo. Todo esto la señora Fleming hace años que lo vive como si fuera una espectadora de su propio caso. La indiferencia instalada en su corazón la hace impasible ante cualquier situación que pudiera descolocar la armonía familiar que los demás creen percibir. Hay que retrotraerse al pasado para intentar comprender esta manera de proceder.

Howard consigue una narración brillante con unos personajes muy bien perfilados que no dejan de evolucionar a lo largo de la novela, aunque de manera inversa. A pesar de no ser unos personajes ejemplares en su valoración moral, la autora consigue despertar el interés con el desarrollo psicológico de cada uno de ellos.

La frivolidad, el egocentrismo, la constante búsqueda de diversión, el ambiente de seducción, desapego familiar, etc., plasma un modo de vivir del periodo de entreguerras que condujo a una cordial indiferencia devastadora en ciertos niveles sociales que la autora recrea con maestría. 

Con el retroceso en el tiempo en la narración logra cerrar el círculo de una historia que se repite y, en el peor de los casos, sin salida posible. A pesar de utilizar personajes poco modélicos, la novela, muy bien escrita, he pensado que merece la pena ser recomendada. Personalmente, me ha gustado y me ha resultado muy interesante. Espero que os guste.

Páginas: 436